Em 2016, cumpriram-se 100 anos sobre a publicação de «Democracia e Educação». Referência que permanece ainda hoje, o centenário da obra de John Dewey motivou várias iniciativas em Portugal. Num colóquio promovido pela Universidade Lusófona, a PÁGINA assistiu a duas brilhantes conferências, de António Sampaio da Nóvoa (Democracia e Educação. O futuro da escola) e de Carlos Alberto Torres (Democracia e Educação, John Dewey e Paulo Freire). O professor argentino ofereceu à PÁGINA o texto-base da sua conferência, escrito em coautoria com Walter Feinberg. É esse ensaio que partilhamos com os leitores nas páginas seguintes.
La Filosofía de la educación es un área en el campo de la filosofía que, desafortunadamente, no ha atraído una gran atención en los últimos años. Sin embargo, resulta difícil concebirla un campo especializado en la filosofía (distintos que la filosofía política) donde hay más en juego con respecto a la naturaleza de la democracia, su carácter evolutivo, y el futuro del pacto social en América y otros países democráticos o en vías de democratización en el mundo. Además, algunos filósofos especializados se han implicado en estudios comparativos o interdisciplinares de filosofía de la educación que unirían los dominios cognitivos y morales con los sociales y políticos. Incluso los estudios filosóficos deberían ser apreciados por su valor independientemente de sus aplicaciones prácticas, la mayor parte de los trabajos en filosofía de la educación se caracteriza por su enfoque pragmático, a menudo centrado en la forma en la que se organiza la educación, o en cómo se ejecuta el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por consiguiente, con esa diversidad y complejidad de los objetivos, ha habido algunas contribuciones sistemáticas de la filosofía de la educación que traen consigo, de forma comparativa, un análisis de un prominente filósofo y educador americano, como John Dewey, y el filósofo de la educación más importante de Latinoamérica, Paulo Freire. Esta comparación es significativa, no solo porque son tan prominentes e influyentes en sus respectivos campos, sino porque es importante comprender cómo los trabajos de Freire han sido influenciados por la indagación filosófica de Dewey y sus aplicaciones prácticas a comienzos de siglo XX. Además, la reciente 'crisis de la educación liberal' hace necesario y relevante explorar nuevas opciones para comprender cómo la educación puede contribuir a la democracia. Esta tarea demanda un análisis serio, riguroso y sistemático de las más nuevas contribuciones de la filosofía de la educación (Freire), especialmente aquellas basadas en la tradición de la educación liberal (Dewey). Podríamos argumentar que, aparte de sus diferencias, John Dewey y Paulo Freire pueden ser considerados compañeros intelectuales en su lucha por analizar la educación combinando las tradiciones intelectuales más radicales (incluso desde la perspectiva del liberalismo pragmático de Dewey) con ideas de política y práctica de la educación. Prestando atención a las conexiones entre educación y epistemología, ética y cambio social, ellos han hecho serias contribuciones al campo de estudio, pero lo que quizás sea más destacado es cómo la epistemología, la ética y el cambio social son mediados por las interacciones entre la educación y la política, muy prominente en los análisis de Dewey y Freire, y un enlace que está tanto en desacuerdo con la simplificación tecnocrática que podemos encontrar en muchas de las tendencias actuales para reestructurar la educación en el mundo. Además, como filósofos, Dewey y Freire no solo fueron conscientes del plano intelectual, sino también de las conexiones prácticas entre la educación y la política, y eso lo hicieron desde una perspectiva pedagógica y no meramente desde un punto de vista de las políticas públicas. Esta es la razón por la que su mensaje ha sido tan importante en este ámbito, y por la que son considerados educadores ejemplares y no solo virtuosos filósofos de la educación en la medida en que las conexiones entre teoría, investigación y práctica están involucradas.
Carlos Alberto Torres e Walter Feinberg
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