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Héroes invisibles

ES UNA TAREA PARADÓJICA EDUCAR PARA LOS VALORES Y, AL MISMO TIEMPO, SOCIALIZAR EN UNA CULTURA QUE LOS CONCULCA.

Sé que la obsesiva, lógica y necesaria preocupación que muchos educadores tienen por trabajar la esfera de los valores (lo cual tiene muy poco que ver con las inaceptables clases de religión católica en un país aconfesional) se estrella contra una realidad que los ignora y los combate. Es una tarea paradójica educar para los valores y, al mismo tiempo, socializar en una cultura que los conculca. Le oí decir a Humberto Maturana: "Tenemos que enseñar porque aquello que enseñamos no lo estamos viviendo. Yo creo que ese es el verdadero problema con los valores".
Alejandro Spiegel ha escrito un hermoso libro titulado "Héroes invisibles". El subtítulo aclara sus pretensiones didácticas: "Historias de la vida cotidiana para educar en valores". Me ha gustado la idea de Spiegel. Se trata de una propuesta posible, optimista, clara, sencilla  y eficaz.
En la selección de personajes que hoy hacen algunos medios de comunicación no es fácil encontrar motivos para la esperanza, la utopía y el aprendizaje de valores. El escaparate está lleno de personajes poco ejemplares. Muchos famosos no se caracterizan precisamente por sus gestos altruistas, por sus actitudes respetuosas y por su forma de pensar inteligente. Son personas zafias que se insultan, que mienten, que gritan, que se agreden, que van a lo suyo, que tratan de enriquecerse de forma fácil y rápida. Son "personas importantes" (qué horrible expresión la de VIP, que habla de personas verdaderamente importantes, como si otras lo fueran menos) por motivos poco edificantes, ciertamente. Existe un inquietante mecanismo de hipertrofia de la maldad y de la estupidez. Sobre los esperpénticos inquilinos de Hotel Glam se han llenado miles de horas de televisión. Sobre los dos tránsfugas de la Comunidad de Madrid se han llenado miles de páginas y se han suscitado infinitos comentarios en todos los medios y en todos los foros. Tenemos información  más que abundante sobre terroristas, delincuentes, maltratadores, vagos, maleantes, ladrones, déspotas, espabilados e imbéciles.
Los héroes que cautivan a los jóvenes son seres de ficción o bien personajes reales que han participado en acciones bélicas. Muchos de ellos pertenecen al pasado. Plantea Spiegel una pedagogía de los héroes invisibles. De esas personas que hoy, en la vida cotidiana, nos encontramos por las calles, en las casas y en las instituciones. Propone la búsqueda, presentación y análisis de personajes de la vida cotidiana que han tenido el coraje de tomar una iniciativa cargada de generosidad y de valentía. No tienen un monumento, ni el nombre de una calle, ni acaparan titulares en los medios de comunicación. Pero están ahí. Tienen un gran potencial educativo. Forman parte del desafío, un tanto utópico, de construir una sociedad mejor.
Define el diccionario como héroe al "varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes". Lo mismo se dice de la heroína. Spiegel define así el concepto de héroe invisible: "aquella persona  común que realiza actos no vinculados con sus tareas o costumbres cotidianas para beneficiar a una o más personas no vinculadas familiar o profesionalmente". Discutible, pero interesante. Estos héroes son visibles para algunos en determinadas circunstancias. Están vivos, en movimiento, hacen actos heroicos y muchos otros que no lo son.  Esas personas de la vida cotidiana que hacen un acto heroico, no buscan la fama, no quieren dinero, no persiguen recompensa alguna. Les mueve la generosidad. Los actos heroicos tienen sentido en sí mismos, sin que sea necesario que alcancen el éxito que perseguían.
El libro de Spiegel reproduce algunas historias de héroes invisibles. La de un taxista que pierde un servicio extraordinario para atender a un accidentado. La de un joven que se lanza al agua para salvar a un niño que se ahoga. La de una señora mayor que abre la puerta para que hagan una llamada tres fugitivos. La de un chico pobre que pide un sanwich y lo comparte con dos amigos... Todos conocemos muchas otras. La Junta Directiva de una Asociación de Padres y Madres que sufre persecución por defender los derechos de un alumno, un profesor que dedica muchas horas de su tiempo libre para hacer avanzar a un grupo de alumnos que van retrasados, un médico que dedica sus vacaciones a curar en un país subdesarrollado...Héroes de la vida cotidiana.
La reciente película ?Historias mínimas? de Carlos Sorín nos cuenta tres relatos de pequeños héroes invisibles, anónimos. El anciano que busca a su perro desaparecido hace tres años; el enamorado que recorre kilómetros para hacer un regalo de cumpleaños, la mujer que cambia el premio obtenido para hacer un favor a quien lo desea más que ella... Pequeñas (grandes) acciones  de la vida cotidiana.
Recuerdo una hermosa historia que oí hace muchos años. La historia de dos hermanos de raza gitana. Uno mayor que el otro. Pedían comida por las casas. En una de ellas les  regalan un gran recipiente lleno de leche. El hermano mayor le entrega el cuenco al pequeño, que bebe con ansia. Éste devuelve el recipiente al hermano mayor. Es su turno. Acerca éste el cuenco a los labios, hace el simulacro de beber (incluido un comentario sobre lo rica que estaba la leche), se limpia los labios como si hubiera bebido y entrega al pequeño el recipiente. Bebe éste nuevamente a grandes tragos. Y le ofrece a su hermano el cuenco. La operación vuelve a repetirse hasta que el pequeño termina de beber la leche sin enterarse de que su hermano se ha privado de ella en su beneficio.
Los héroes invisibles se pueden convertir en un excelente recurso didáctico. Provocan admiración y son un excelente estímulo. El autor del libro sugiere que la metodología del trabajo con héroes invisibles recorra pasos diversos: la búsqueda de esos héroes (en la vida, en la prensa, en la televisión...), la escritura reflexiva sobre sus acciones, su introducción en el aula, el análisis dialogado sobre su contexto, sentimientos y finalidades...
Ya sé que no se puede olvidar el análisis estructural de lo que sucede en la sociedad, en la política, en la economía y en la cultura. Ya sé que es preciso tener una visión comprensiva y crítica de la realidad. Y que hay que comprometerse con la transformación y la mejora del sistema que genera muchas injusticias y hace brotar como hongos personajes vergonzantes. Pero creo que la reflexión sobre las acciones de estos héroes invisibles, anónimos y silenciosos, será un magnífico recurso para el aprendizaje por imitación.
Será también una ocasión excelente para contrarrestar esa influencia perniciosa de los ejemplos nocivos, tantas veces puestos en la vitrina de la actualidad. Cuentan que una esposa le pide al marido  que de la vuelta a la portada del periódico porque va a llegar el niño. Contiene imágenes y titulares repugnantes. Lo que se nos ofrece cada día en el pedestal de los titulares son actos de terrorismo, violencia, mentira, robo y desvergüenza. Hay que buscar héroes invisibles que nos hablen (con sus hechos) de generosidad y valentía.


  
Ficha do Artigo
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Edição:

N.º 127
Ano 12, Outubro 2003

Autoria:

Miguel Ángel Santos Guerra
Professor Catedrático de Didática e Organização Escolar, Universidade de Málaga
Miguel Ángel Santos Guerra
Professor Catedrático de Didática e Organização Escolar, Universidade de Málaga

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