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A Desmoralização dos professores

Son demasiadas las transformaciones políticas, sociales, culturales, económicas, laborales y familiares que están teniendo en los sistemas educativos, lo que, a su vez, explica la constatación de un profesorado que no se siente a gusto. La palabra desmoralización surge muy a menudo cuando se conversa con docentes. Desde mi punto de vista creo que podríamos explicarla como resultado de factores como los siguientes:

  1. Falta de comprensión de cuál es el sentido de los sistemas educativos y de los centros escolares. Existe un notable desconcierto acerca de las finalidades de las etapas educativas en las que trabajan.
  2. Una formación inicial deficitaria y una falta de actualización cultural y psicopedagógica. Algo agravado por una tradición de trabajo en las aulas con manuales escolares de pésima calidad informativa y pedagógica. Materiales curriculares que van acompañados del ?libro del profesor?, en el que se especifica con detalle todo lo que docentes y estudiantes tienen que hacer en aula; incluso se ofrecen las respuestas correctas a cada uno de los ejercicios que debe realizar el alumnado. Algo verdaderamente insultante.
  3. Una concepción tecnocrática de lo que debe ser el trabajo docente. El lenguaje político desapareció de las explicaciones acerca de lo qué es educar y, en su lugar, un nuevo vocabulario psicologicista y tecnocrático pasó a inundarlo todo.
  4. La falta de servicios de apoyo y una notable desprotección desde los servicios de inspección escolar, casi exclusivamente interesados en cuestiones burocráticas y de sanción. Es llamativo el abandono por parte de este cuerpo de la Administración de las funciones que les impone la ley en de todo lo relacionado con la colaboración y el asesoramiento en procesos de innovación y reforma pedagógica.
  5. Dificultades para relacionarse con las familias por falta de desarrollo de habilidades sociales y carencia de información que posibilite las interacciones y la comunicación. Algo que se complica todavía más en el momento presente ante la diversidad cultural expresada en la pluralidad de idiomas, conocimientos, valores, ritos, hábitos y expectativas que caracteriza a las familias del alumnado de un mismo centro escolar. Nunca en el pasado el profesorado se ha encontrado con la disparidad de culturas que en este momento tiene en sus aulas.
  6. El peso de las iniciativas de la Administración de tipo burocratizante, por ejemplo, la exigencia de proyectos curriculares de centro y de aula, pero que luego ninguna de esas autoridades externas a esas instituciones escolares revisa, ni demanda su cumplimiento.
  7. La existencia de un curriculum obligatorio excesivamente sobrecargado de contenidos para impartir en las aulas, que acabó por centrar al profesorado en las cuestiones metodológicas, de evaluación y de disciplina. La reflexión y toma de decisiones acerca de qué contenidos culturales enseñar y por qué razones, es algo que no hacen muchas profesoras y profesores; piensan que este trabajo ya lo realiza el Ministerio y las Editoriales de los manuales escolares.
  8. La ausencia de cultura democrática en las instituciones escolares. La participación de las familias e incluso de una parte significativa del profesorado no acostumbra a ser una costumbre habitual, algo que se agrava en el caso del alumnado, el colectivo más ausente en cuestiones de gestión y participación en la vida cotidiana de los centros y de las aulas.
  9. Un clima social y político que responsabiliza únicamente al profesorado de la calidad de la educación, e invisibiliza las obligaciones del resto de las Administraciones Públicas.
  10. Un ambiente social de escepticismo y banalización, construído y reforzado por los medios de comunicación de masas. Son muchos los medios de comunicación de masas y publicitarios que neutralizan, anulan, y contradicen el trabajo que se desarrolla en las aulas.
  11. El fuerte peso del mercantilismo neoliberal que presenta a las instituciones escolares privadas como las únicas eficientes y responsables. Esto repercute en la desvalorización de la figura docente como funcionario público. Figura que muchas personas consideran equivalente a la de un profesional vago y autoritario. Se olvida que esta figura contractual es clave para garantizar la libertad de cátedra, la libertad de pensamiento, pues su contrato no depende del color político de quienes en cada momento gobiernan. Algo que, por ejemplo, los ?idearios de centro? de la enseñanza privada no garantizan, pues allí rige la regla de ?quien paga, manda?.
  12. El predominio de una cultura de eslóganes en gran parte de la formación inicial del profesorado y en los programas de actualización. Las inadecuadas metodologías empleadas, la corta duración de los cursos y los ínfimos niveles de exigencia hacen que filosofías ricas y valiosas, como ?educación crítica?, ?educación democrática?, ?educación reflexiva? y ?enseñanza cooperativa? acaben como palabras vacías. Parece que con sólo proclamarlas como intenciones ya se hacen realidad.
  13. Incide seriamente en la desmotivación y queme docente ver cómo el sector de profesorado más trabajador y comprometido con los centros no ve reconocido sus esfuerzos en pró de las innovaciones pedagógicas. Situación que, a su vez, facilita que el profesorado más vago se haga amo y señor de los centros y se promueva la cultura de la impotencia y del pesimismo. Algo visible en expresiones como: ?no se puede hacer nada?, ?la culpa es de las familias?, etc.
  14. Dificultades para relacionarse, escuchar y comunicarse con el alumnado. El profesorado, especialmente los hombres, como consecuencia del peso de la cultura patriarcal y machista, reforzada con el cumplimiento del servicio militar, asimiló modelos de comportamientos autoritarios ante el alumnado, al que exigen sumisión y obediencia ciega. Algo incompatible con los nuevos valores, como igualdad, tolerancia, democracia, libertad, independencia, responsabilidad, respeto, diálogo y pacifismo que se pretenden que sean dominantes, y que la institución escolar tiene la obligación legislativa y moral de inculcar en las nuevas generaciones.

  
Ficha do Artigo
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Edição:

N.º 144
Ano 14, Abril 2005

Autoria:

Jurjo Torres Santomé
Universidade da Corunha, Galiza/Espanha
Jurjo Torres Santomé
Universidade da Corunha, Galiza/Espanha

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